La semana pasada fue bastante atípica y especial. Ir de boda un miércoles ya es algo excepcional, hacerlo sin mascarillas más aún, pero lo más excepcional es celebrar la vida y el amor de una pareja que lleva más de 30 años juntos con una hija de 15 en una boda un miércoles. Como en la canción , fue un “20 de abril del 90” cuando se conocieron (y algún año más en su caso, creo) y ha sido precisamente ese día muuuuuchos años más tarde en el que han decidido volver a celebrar el amor, pero, esta vez, con todos sus seres queridos de testigos. Volver a cantar y bailar para celebrar la vida y el amor con otras personas tras años de pandemia ha sido un momento mágico porque…¿por qué no? el amor se celebra también un miércoles…
Pero la vida es así, contradictoria a veces. Un día más tarde, un lluvioso día de jueves, una persona muy importante en mi vida, la abuela de mis hijos se pone muy malita y toca decir adiós. Hablar a unos niños sobre la muerte cuando ésta es repentina y no están preparados no es fácil. Son cosas que no se enseñan. Mi única lógica era pensar en lo que me habría gustado hacer a mi cuando perdí a mi padre desgraciadamente también demasiado pronto. Así que el jueves, tocó hablar de muerte, de recuerdos, de despedida y sobre sentir emociones, pero sobre todo, tocó hablar de nuevo de amor. Desde otra perspectiva radicalmente diferente decidimos que el amor se celebra también en jueves… Pues la muerte, al final nos recuerda que lo que queda es eso, el amor, el que hemos dado y el que hemos recibido, nada más.
Y es que la vida es eso: son idas, son venidas, son alegrías y penas, momentos especiales y contradictorios a vez que, precisamente nos permiten poner en valor lo importante, lo que queremos ser y dónde queremos estar. Es fácil celebrar la vida, pero cuando nos vienen mal dadas no tanto. Con los años, mi visión de la vida es muy diferente pues soy consciente de que, venga lo que venga, todo es cuestión de perspectiva, de presencia, de elegir dónde quiero estar y quién quiero ser frente cada circunstancia. ¿Quiero ver todo lo que pierdo o todo lo que gano? ¿Quiero vivir en el recuerdo del pasado o vivir el momento presente con todo lo que hay?. Hoy, lo tengo claro, hoy elijo que el amor se celebra también un jueves.
(** Chère Sandra, où que tu sois, j’espere que tu fetes l’amour, come tojuours)
ahí donde estés, espero que estés celebrando el amor, como siempre)